Soy coordinadora de la Institución Educativa Nuevo Horizonte Paulo VI ya hace más de diez años, donde soy muy feliz, esto se debe en gran medida al factor humano, pues hemos logrado, entre todos, construir un gran equipo, con un horizonte claro y es el poder contribuir a la formación integral de los niños, niñas y jóvenes, a través del fortalecimiento de las competencias ciudadanas; ese es nuestro objetivo misional como institución y desde allí se desprenden un sin número de retos y consecuencias pedagógicas.
Nuestro recorrido de transformación curricular y pedagógico ha estado, sin duda, impulsado por la responsabilidad individual y nuestro compromiso colectivo; tenemos la fortuna de contar con maestros de mucha apertura, voluntad y convicción, elementos sin los cuales sería muy complejo repensarnos en un proyecto común para dar respuesta a las dinámicas propias del proceso educativo en nuestra comunidad.
Así entonces, es posible entonces hablar de práctica pedagógica, entendida como la apuesta que hacen nuestros maestros para llevar a cabo el proceso de enseñanza – aprendizaje.
La transformación curricular es pues la oportunidad de auto-reflexionar el proceso pedagógico que llevamos a cabo en la institución, para fortalecer, actualizar o resignificar nuestras prácticas, hacia un camino de integración interdisciplinaria. Gracias a la adaptación de dichas prácticas, hemos podido, por ejemplo, dar continuidad durante la virtualidad al proceso académico que llevábamos de manera habitual en la presencialidad con una estrategia que denominamos de Trabajo desde el Hogar.
Desde mi rol directivo, he liderado y acompañado el desarrollo de un proyecto denominado MIEL cuyo acrónimo significa Método que Integra Estrategias para los procesos Lógico-matemáticos y Lecto-escriturales, dondese pretende fortalecer los procesos de lecto-ecritura y lógico-matemática en los grados de T° a 3° en la IE Nuevo Horizonte Paulo VI, unificando un método de enseñanza y aprendizaje institucional con el fin de contribuir a una educación con sentido y significado, donde los conocimientos se queden no solo en la cabeza, sino también en el corazón.
En dicho proyecto, se implementan diferentes estrategias metodológicas, entre ellas, las tareas o compromisos que implicarán una valoración, se deben desarrollar en la institución, con el apoyo de las maestras y solo se envían actividades para repaso y refuerzo con el fin de ser desarrolladas en casa, ya que se parte de la realidad de que la gran mayoría de los estudiantes no cuentan con un acompañamiento eficaz.
La directora de grupo acompaña el ciclo de 1° a 3°, respetando los grupos base (bloque de estudiantes que han vivido el proceso en el mismo grupo), reiniciando cada tres años, de esta forma, cada año se procura la rotación de la jornada de los docentes de dichos gados y cada tres años, se hace reacomodación total de grupos y directores. De igual forma, se llevan a cabo estrategias y rutinas en el grado 3° para procurar el tránsito exitoso de los estudiantes que pasan de la sede de primaria (Nuevo Horizonte Dos) que ofrece hasta el grado tercero, a la sede principal (Paulo VI), a la cual llegarán en el grado cuarto.
En este orden de ideas, el proyecto MIEL promueve el empoderamiento y autonomía en los estudiantes, ya que todo ocurre en la clase, desde el proceso explicativo, pasando por las actividades aplicativas, para llegar a la evaluación formativa donde se hacen ejercicios de retroalimentación, identificando la apropiación de las diferentes competencias desarrolladas por parte de los estudiantes y reconociendo los puntos claves en los cuales se debe profundizar. Además, también se promueven buenas prácticas de convivencia y empatía, toda vez que se abren espacios de diálogo y escucha permanente en una estrategia denominada el ABC (Actividades Básicas Cotidianas), dedicando 10 minutos al inicio de cada día a la interacción entre estudiantes con su respectiva directora de grupo. Así mismo, las maestras expresan la conveniencia de los espacios de planeación, ya que les ha permitido compartir estrategias y trabajar de manera colaborativa aportando a un objetivo común en cuanto a fortalecer los procesos lecto-escriturales y lógico-matemáticos.
La evaluación es entonces un proceso continuo, formativo y holístico que enriquece en todo sentido el proceso de enseñanza – aprendizaje, que supera el mero hecho utilitario del resultado en una nota y se convierte en el recurso de observación de todos los actores educativos y por supuesto, en la forma de hacer seguimiento y acompañamiento para hallar oportunidades de mejoramiento.
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